Inevitable enamorarse
Tenía mis dudas, podría ser un simple capricho. Pero no, un par de citas me confirman que era inevitable enamorarse.
Pues si, la mire por donde la mire, la veo preciosa. Si además le sumo que va como la seda y es super silenciosa…estaba claro que era, es y será inevitable enamorarme de esta bicicleta de madera.
Estos días estoy un poco liado con mi participación en la Maratón de Sevilla y apenas he salido con la TBK. Un par de paseos me han confirmado que la bicicleta funciona muy bien y que merece la pena vestirla como ella se merece. Eso si, un montaje funcional y que me garantice el llegar siempre de vuelta a casa. Nos quedan muchos puertos por subir y bajar, y kilómetros por recorrer.
Creo que Gepetto no la hubiera construido mejor.